Con el debilitamiento de la patogenicidad de la variante Omicron, la creciente adopción de vacunas y la creciente experiencia en el control y prevención de brotes, las tasas de hospitalización, enfermedad grave o mortalidad por Omicron se han reducido significativamente, dijo Tong Zhaohui, vicepresidente del Hospital Chaoyang de Beijing.
"La variante Ómicron afecta principalmente las vías respiratorias superiores, causando síntomas leves como dolor de garganta y tos", afirmó Tong. Según él, en el brote actual en China, los casos leves y asintomáticos representaron el 90 % del total de infecciones, y hubo menos casos moderados (con síntomas similares a la neumonía). La proporción de casos graves (que requieren oxigenoterapia de alto flujo o ventilación invasiva no invasiva) fue aún menor.
Esto es muy diferente de la situación en Wuhan (a finales de 2019), donde la cepa original causó el brote. En aquel entonces, había pacientes más graves, y algunos jóvenes también presentaban "pulmones blancos" e insuficiencia respiratoria aguda. Mientras que la ronda actual de brotes en Pekín muestra que solo unos pocos casos graves necesitan respiradores para brindar asistencia respiratoria en hospitales designados, afirmó Tong.
Los grupos vulnerables, como las personas mayores con enfermedades crónicas, los pacientes con cáncer que reciben quimiorradioterapia y las mujeres embarazadas durante el tercer trimestre, generalmente no requieren tratamiento especial, ya que no presentan síntomas aparentes tras contraer el nuevo coronavirus. El personal médico administrará el tratamiento, estrictamente según las normas, solo a quienes presenten síntomas o resultados anormales en la tomografía computarizada pulmonar, explicó.
Fecha de publicación: 15 de diciembre de 2022




